lunes, 16 de marzo de 2009

La ingenuidad compartida


Soy ingenuo, lo admito. Nunca pasó por mi mente que existieran profesionales en las agencias de publicidad, en especial aquéllas que corren las campañas electorales en Puerto Rico, que fueran tan bajos y tan SUCIOS. Y no me refiero al sucio que sale con detergente para lavar, como tan excelentemente nos presentan tales profesionales en sus anuncios publicitarios; sino a la suciedad que sale de adentro, del interior mismo del ser humano y que maquina para que, no importando los calibres, que posea un individuo como profesional y ser humano (en este caso un candidato), le fabriquen un andamiaje publicitario y financiero con el único, claro y vil propósito de lucrarse aún más ellos mismo. De esta alcantarilla no podemos excluir a los principales periódicos del país, entiéndase, EL NUEVO DÍA y EL VOCERO, como tampoco, algunas de las estaciones de radio y televisión con sus raras y escazas excepciones.

Ésto tiene el doble efecto de hacer que nosotros, el pueblo: seamos más cautelosos en todo lo que tiene que ver con la política o nos tornemos totalmente apáticos, de ahora en adelante. Todo ésto lo traigo a la mesa de discusión, de este espacio, para evaluar en su justa perspectiva, todo este CIRCO montado en el tribunal incoloro de la calle Chardón. Indistintamente salga culpable o inocente el chivo expiatorio, que tienen en el paredón de la Chardón por estos días, aquí, quienes salen ganando siempre son los “MACARACACHIMBAS” que se pasean con impunidad e inmunidad federal en Puerto Rico, sobornando, chantajeando y atropellando de cemento nuestras costas.

En este renglón vemos a los llamados “CHOTAS ALMIDONADOS” por ejemplo, contratistas como Santana, la agencia de publicidad Lopito ,Ileana & Howie,Cándido Negrón y muchos otros. Así que, ¡cuidado Fortuño y sus 100 amigos millonarios! Ésto lo podemos replicar en todas aquellas áreas en las cuales, los que tienen demasiado quieren pisotear al que tiene poco o nada. SOY INGENUO, pues me falta malicia. Confío en que también los que sobornan, chantajean y llevan a cabo esquemas fraudulentos, el tribunal sin sazón y Federal, los encontrará culpables de ser los artífices de pudrir nuestras buenas costumbres y don de gente buena.

Pensemos en ésto por un momento. . . Recordemos el caso de la jauría de comelones de dinero que rodearon a Pedro Rosselló en su último cuatrienio en la gobernación de Puerto Rico. En aquel entonces, ¿el Sr. Rosselló, fue ingenuo? ¿Estuvo enterado de todo lo que se cocinaba en los cuarteles de su comité de campaña, financiado por “Empresarios con Rosselló”? A juzgar por lo que se ventila en estos días en el Tribunal Federal, parece que sí. Entonces, ¿por qué a unos sí y a otros no? Me llega a la memoria aquel debate televisado en el que participó Rosselló, frente al hoy sentado en la cámara de las torturas de la calle Chardón, Aníbal Acevedo Vilá. Rosselló, en aquel debate manifestó su desconocimiento de todo aquel pillaje, mientras, Aníbal le infligía el castigo verbal (creado por la agencia de publicidad) que decía “o usted sabía de ésto, o es usted un inepto”. Vemos cómo ambos políticos, Rosselló y Aníbal, han compartido la ingenuidad mientras eran funcionarios de gobierno. Los dos han sido víctimas de las CIRCUNSTANCIAS (AGENCIAS DE PUBLICIDAD). A uno le hicieron creer que corriendo en pantaloncitos cortos, rodeándose de empresarios con él y bailando la macarena sería inmortal, hasta parecerse al Mesías. Al otro, lo convencieron de que para ser ganador, tenía que ponerse trajes caros y clavarle INSISTENTEMENTE su aguijón verbal al adversario. Como dice una buena amiga; ¡QUE TRABAJO NOS CUESTA SER TRANSPARENTES!

Hoy vemos como los verdaderos delincuentes, obtienen la “INMUNIDAD CARD” ofrecida por la fiscalía, otorgándoles permisos para continuar haciendo lo que mejor saben hacer: soborna, chantajear y enseñar a lavar dinero. Es la misma fiscalía que no movió un dedo cuando aquél, hoy chota principal de todo este BERENJENAL POLITIQUERO, dijo no conocer nada sobre los asesinatos de los muchachos en el cerro Maravillas. Me perdonan pero sigo con mi ingenuidad, quizás Carlos Romero Barceló es un ingenuo, ÉL AÚN CONTINÚA SIN SABER NADA. . . Y lo bueno de todo esto, es lo malo que se está y continuará poniendo. . . Hasta la próxima.

domingo, 8 de marzo de 2009

Pidiones

Es increíble el cómo nuestro Puerto Rico se ha convertido en un país de “pidiones”. Te pide dinero el tecato, te pide el borrachón, te pide el de la clase graduanda, el que recoge para el equipo de pelota, baloncesto, los religiosos, hogar crea, karate y hasta las batuteras, sin discriminar raza, sexo ni edad. . . Me di a la tarea de calcular CÚANTO DINERO GASTARÍA en un viajecito, cualquier día de la semana, al centro comercial más cercano de mi residencia. La contabilidad inicia con un deambulante que me pide un peso ($1.00) y además, un café. Le sumo la peseta (.25¢) que me pidió, el del primer semáforo de ida, para el CENTRO DE REHABILITACIÓN. La próxima peseta, en el semáforo llegando al centro comercial, que pide otro individuo para un niño(a) que necesita una operación.

Entro a una de esas mega tiendas, harto conocidas y ¡SORPRESA! Cuando llego a la caja registradora para pagar los artículos, se me pierde la cuenta del ejercicio al escuchar lo siguiente, ¿desea usted cooperar con un dólar para los niñitos prematuros? Seguidamente me asalta un mal pensamiento y me pregunto, si lo que se cuece en esta tienda será algún tipo de conspiración, palabrita tan de moda por estos días.

La práctica en muchas de las mega tiendas en Puerto Rico es más o menos la misma. Le informan a los empleados, en este caso los cajeros, que deberán pedir a cada cliente una aportación, para la causa benéfica y si usted anda pensando en musarañas, lo atrapan con la guardia baja y usted tranquilamente le dice que sí y ahí deja un pesito que le serviría para comerse un chocolatito para la depresión que le causará haber caído, otra vez, con esa artimaña.

Por otro lado, la misma gerencia de la mega tienda hace uso de otra estrategia para aquellos que como yo, hemos aprendido a decirle que NO al concierto de violín del cajero(a). Sucede así: la gerencia le pide u ordena al empleado (casi siempre son personas que necesitan reconocimiento por la gerencia) que debe de cumplir las horas de trabajo con un pote o frasco a la salida del establecimiento para hacer la colecta. O sea, a la vez que te verifican el recibo de compra, te dicen con frescura, “una peseta para los niños prematuros”. Confieso que casi siempre he caído en esta estrategia pero hoy me propuse combatirla y solo le di una moneda de diez centavos la cual, a la empleada pidiona no le hizo mucha gracia.

Ésto me lleva a pensar: si en realidad estamos frente a un patrón para evadir contribuciones, o lo que sea. . . Si la mega tienda tiene tantos deseos de contribuir con “una noble causa”, solo debe proponerse aportar, a la causa benéfica en cuestión, el 30% de toda la ganancia obtenida en una semana laboral. Ésto es, 30% de las ganancias obtenidas por cada tienda de la cadena en una semana en Puerto Rico ¿NO LE PARECE?

Pero no, lo que hacen estas cadenas es utilizar el recurso humano contratado para unos deberes en específico que en nada tienen que ver con el estar pidiendo chavos para los desposeídos del valle. . . etc. Entonces, ese dinero recogido por ese empleado, viene a unirse al recogido en las demás tiendas de la mega tienda y al final, es reportado imagino, al IRS, como donaciones a causas benéficas. Dicho de otro modo, obtienen beneficios tributarios con esta práctica la cual (aunque aceptada) no está relacionada con el tipo de negocio que dirigen. Piense usted, a dólar por cada cliente que llega a la caja cada día de la semana, multiplicado por 30 días y sumado a, digamos 15 tiendas en todo P.R. ¿Cuánto puede sumar eso? Suficiente pienso yo.

Lo más injusto y vil es que el empleado que pide en la salida del establecimiento o en la caja registradora, no obtiene el mismo beneficio tributario que obtiene la mega tienda al utilizar sus servicios para el recogido de dinero.

Continuando con el cálculo interrumpido. . . sumando la moneda de diez centavos dada a la empleada de la tienda; y dos peseta dadas nuevamente (de regreso a casa) al del primer y segundo semáforo, los cuales al verme se cruzan para los carriles contrarios para pedirme nuevamente. . . he gastado la suma de $2.10 en sólo dos semáforos y la visita a la tienda, en un viaje de apenas 20 minutos de ida y vuelta, en la carretera #3, en una mañana de cualquier día de la semana en mi isla.


martes, 3 de marzo de 2009

El Descarao del Momento - Marzo



Hoy tienen el honor de unirse al salón de la mala fama de "El Descarao del Momento", dos figuras de nuestro gallinero político. Uno de ellos lo es, el alcalde de Quebradillas, Heriberto Vélez, (PPD) y el otro descarao lo es, el portavoz de la mayoría en la Cámara de Representantes, Rolando Crespo (PNP).

Según declaraciones radiales a la estación Red-96, “el representante Rolando Crespo tronó esta mañana contra el alcalde de Quebradillas, Heriberto Vélez, por su alegada intención de subirse el sueldo”. Sigue despotricando el portavoz, “Hemos dado el ejemplo en la asamblea legislativa, donde no ha habido aumentos, y creo que la mayoría de los alcaldes están asumiendo ese rol”, aseguró.

Ya pueden ver ustedes, dos DESCARAOS en el mes de marzo.

Descarao es Heriberto Vélez al estar gestionando un aumento de algunos dos mil pesitos adicionales a su sueldo sin tener la sensibilidad de pensar en tantas personas que hemos perdido nuestros empleos y otros, los cuales, lo que obtienen es un mísero salario basado en la injusticia salarial del mínimo federal.

Por otro lado, ¿de qué ejemplo está hablando Rolando Crespo?, ¿que conducta digna de emular ellos han dado en la asamblea legislatíva? Es de conocimiento de todos los puertorriqueños, que lo que hay en la asamblea legíslatíva es un pillaje a todo lujo en la cual, llueven los contratos a los amigotes políticos como lo son los Edwin Mundo, Cucusa Hernández, Charlie Rodríguez y demás “asesores” que entre otras "barbaridades", asesoran para cambiar el menú de la cafetería del capitolio.

¡QUE DESCARO!