Bambalán

Dele un poco de poder a un alcalde mediocre y verá usted como luego se arrepiente. Pero dele un pote de brillantina engomada para el cabello y una corbata a ese mismo alcalde y tendrá usted a Jorge Santini, alcalde de la ciudad de San Juan, Capital de Puerto Rico.

Este imberbe, dijo en un avance noticioso por Radio Isla 1320, el pasado viernes 3 de abril de 2009 y a boca de jarro, como suele hacer siempre, que estaba loco porque la Legislatura de Puerto Rico logre aprobar la ley que deroga la Colegiación compulsoria del Colegio de Abogados de Puerto Rico.

“Voy a ser el primero que se salga de eso” continuó diciendo en tono de imbecilidad el alcalde, “Yo no quiero ser parte de una organización que le brinda honores a un terrorista como Filiberto Ojeda”, expresó el abrillantado de San Juan. Me pregunto, ¿qué acusado en su sano juicio, se dejaría representar por un “ABOGADO de pacotilla” y peor aún, NO COLEGIADO, como pretende Santini estar, en algún momento?

Quizás esté prejuiciado, pero un poquito de sensatez no le vendría mal a este “BAMBALÁN”. ¿Acaso no se da cuenta Santini, que nunca ha estado ni estará a la ALTURA MORAL de un ser que luchó por sus ideales, quizás utilizando lo que él (Filiberto Ojeda) entendió era lo necesario en ese momento? ¿No reconoce Jorge Santini, que él mismo pertenecía y pertenece aún a una organización BÉLICA (en muchos casos, TERRORISTA) como lo es el Ejército de los Estados Unidos de Norteamérica? ¿Quién le dice orejón al conejo? ¿Y qué del homenaje que le rindió su misma legisbasura, a petición de "Chiquitota", al tal Julito Labatut? Para ser justos, si derogan la ley que hace compulsoria la Colegiación de los Abogados, vamos a solicitar que se elimine en su totalidad el Cuerpo Legislatívo; porque al fin y al cabo fuimos muchos los ciudadanos que no estuvimos de acuerdo con dicho homenaje.

Le recomiendo al Alcalde
que tiene guille de Ray Liotta
que mejor se calle su bocota
y se vaya a lavar los adoquines
cerca de la fuente de los delfines
los cuales siempre apestan a orines.

Y hoy al son de verso, ahí les dejo eso. . .